Por Ray Nelson

Un accidente fortuito le concede a George Nada la capacidad de ver el mundo tal como es, y no como los poderes establecidos le dicen que es. Rápidamente advierte que ese descubrimiento es el paso primero y decisivo para librarse de la dictadura de las consignas y los controles, y se lanza entonces a una vertiginosa carrera contra el tiempo, dejando unos cuantos cadáveres en el camino, para abrir los ojos de sus conciudadanos y compartir con ellos un conocimiento tan decisivo como inesperada e involuntariamente adquirido.…
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