Por Ernesto Laclau
Cada época de la historia acude al pasado para explicarse a sí misma. Recorre la genealogía con la intención de hacer más preciso el retrato de su identidad, enhebra los hechos en una narración que hace del presente una consecuencia casi inevitable de los sucesos que lo precedieron. Antes que buscar amparo en un determinismo inexorable, procura convencerse de que la aventura humana tiene una dirección. Porque si tiene una dirección, tiene un sentido. Cada época de la historia acude al pasado en busca de elementos que le permitan darse una explicación coherente de su presente, entender su sentido. Por eso es ilusorio pensar en una narración definitiva de la historia: cada época la lee de manera diferente, la interroga con sus propias preguntas.
Este ensayo, escrito en 1968, explora la genealogía del siglo XX desde el corazón del siglo XX, cuando el espíritu de la época y el sentido común coincidían en la apreciación de que el mundo marchaba hacia el socialismo. Pero el siglo XX, y el punto de vista del siglo XX, su manera de ver las cosas, se desplomaron junto con el muro de Berlín en 1989. El título original de este texto era “Los orígenes del mundo moderno”, y resulta imposible mantenerlo ahora sin inducir a equivocaciones. El propio autor, afortunadamente, ofreció en su Introducción una alternativa preferible. La expresión “mundo moderno” evoca hoy cosas muy distintas que hace medio siglo. Para el lector del siglo XXI pueden resultar tanto o más interesantes en este texto las preguntas que el autor, un filósofo político de formación marxista, le hacía entonces a la historia que las respuestas recibidas de ella y metódicamente expuestas en sus páginas.
Ernesto Laclau (1935-2014) se graduó en historia en la Universidad de Buenos Aires, pero desarrolló el grueso de su carrera en la Universidad de Essex, donde condujo durante muchos años estudios de posgrado sobre ideología y análisis del discurso. Su pensamiento nunca se apartó del marxismo, pero lo articuló con una serie de corrientes posmarxistas, posestructuralistas y posmodernas —entre las que sobresale la influencia de Jacques Derrida y Jacques Lacan— para delinear un pensamiento político original que expuso en obras como Hegemonía y estrategia socialista (1985), La razón populista (2005) o Fundamentos retóricos de la sociedad (2014).
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