Por Mo García
Así como se ha dicho que el periodismo es la primera versión de la historia, podría agregarse que la crónica es la primera versión del periodismo. El cronista practica el tamiz inicial sobre una realidad que se le presenta de manera confusa y desconcertante: selecciona unos datos, descarta otros, busca obsesivamente los que faltan para llenar los huecos hasta que la imagen comience a cobrar sentido.
La crónica es un arte y, en estas primeras décadas del siglo XXI, un arte casi en extinción. La crónica es el arte de relatar urgentemente unos hechos de tal modo que esos hechos hablen por sí mismos, con la menor intervención del narrador. El autor de este libro es antes que nada un cronista, esto es un periodista dotado de intuición para perseguir la noticia, agudeza para captar sus múltiples facetas, criterio para distinguir lo importante de lo accesorio, y pericia literaria para poner el resultado en palabras de manera clara y comprensible.
El lector tiene ante sí una colección de crónicas, un apasionante regreso a lo más vivo del género periodístico, con un valor agregado. Cada uno de sus capítulos no sólo evoca alguno de los principales acontecimientos noticiosos sudamericanos de la década de 1960, sino que describe además cómo se construyó en su momento el relato de esos sucesos: las intuiciones, las incertidumbres, los riesgos y los azares involucrados en la elaboración de un artículo, sin olvidar el apremio siempre presente de los plazos y la competencia. El autor saca del cajón su libreta de notas, y recuerda con una memoria de precisión envidiable cómo se fueron llenando las páginas de esa libreta. También este libro constituye, probablemente sin proponérselo, un documento sobre el trabajo de un corresponsal en el mundo preinformático, al describir las mil y una dificultades a las que se enfrentaba el periodista viajero para hacer llegar su crónica y sus fotografías oportunamente al medio para el que trabajaba.
Mo García nació en Texas en 1921, se inició en el periodismo en el Herald de Brownsville y, tras una serie de empleos que reseña en el primer capítulo de estas memorias, fue contratado como corresponsal del grupo periodístico Time-Life en América del Sur, con base en Caracas primero, y Río de Janeiro más tarde. Punto culminante de esa parte de su carrera fueron sus artículos sobre la detección, persecución y asesinato de Ernesto Che Guevara en Bolivia. A comienzos de la década de 1970, circunstancias personales le obligaron a volver a su país, donde trabajó para el gobierno federal en el Servicio Informativo y Cultural de los Estados Unidos hasta su retiro en 1990. The South America Years fue publicado originalmente en la red Internet por Raintree Editors en el 2000. In Octavo agradece al autor su permiso para esta edición digital.
Solicite aquí su libro
Para obtener su ejemplar, sírvase aportar los datos requeridos, y enviar la solicitud. Recibirá por correo electrónico un enlace de descarga, válido por tiempo limitado.
Estas memorias de Mo son, para los veteranos de la noticia, un viaje apreciado por el sendero de los recuerdos; para la nueva generación de periodistas, una mirada a lo que era informar a mediados del siglo 20, la logística e ingenio de los corresponsales extranjeros para publicar sus reportajes a tiempo, en contraste con los avances tecnológicos formidables hechos desde entonces hasta estos días de Internet y el periodismo digital. Mo García lo cuenta tal como fue, incluso con un dejo de su discreto sentido del humor, fino, seco, como un buen martini. También es un regalo para los aficionados a la historia, la visión sin adornos de sucesos históricos a través de los ojos de un reportero honesto e imparcial, con un amor inquebrantable por la verdad y la libertad.