Por Gherardo Bozzetti
Para los nacidos en el mundo posterior a las dos grandes guerras del siglo pasado la idea de que un estado desaparezca resulta contraintuitiva. La noción de un orden mundial guiado por el derecho internacional y custodiado por organismos multilaterales como las Naciones Unidas supone una relativa estabilidad política. La única alteración significativa de ese orden fue el colapso de la Unión Soviética, pero más que una desaparición pareció una liberación: naciones anteriormente sofocadas bajo ese conglomerado volvieron a la vida con sus propias individualidades, incluida Rusia. En el mismo lapso, por efecto de diferentes procesos históricos y políticos en su mayoría derivados de la descolonización nacieron nuevos estados en Asia, África y el Medio Oriente, pero la desaparición de un estado —especialmente de un estado poderoso— parece cosa del pasado remoto, remite a nombres como Asiria, o Cartago, o Sumer.
Tal vez por esa razón el caso de Prusia despierta curiosidad: es lo suficientemente cercano como para que nuestro lenguaje cotidiano emplee expresiones como “orden prusiano” o “ejército prusiano”, especialmente en el análisis político, y resulten perfectamente comprensibles. Prusia fue un reino poderoso, en perpetua disputa con Austria por la conducción de los pueblos de habla germana, y terminó absorbido por el Reich alemán; sobrevivió como unidad administrativa hasta que los aliados triunfantes en la segunda guerra declararon formalmente su extinción el 1 de marzo de 1947.
El apogeo de Prusia aparece indisolublemente ligado a la inspiración y la acción de dos poderosos liderazgos: el del rey Federico II el Grande, en el siglo XVIII y el del canciller de hierro Otto von Bismarck en el siglo XIX. El primero convirtió a Prusia en una potencia militar y política, el segundo se apoyó en ella con la vista puesta en el objetivo mayor de la unificación alemana. Su éxito fue también el fracaso del reino, que no pudo sustraer su destino a las consecuencias de la derrota de Alemania en la primera guerra. En el trabajo que aquí presentamos, el historiador italiano Gherardo Bozzetti revisa la trayectoria de Prusia desde sus orígenes hasta su desaparición, pero centra el detalle de su crónica en el reinado de Federico el Grande y en la personalidad de este monarca ilustrado, progresista a su manera, aficionado a las artes y la filosofía, y empeñoso hasta el heroísmo en el campo de batalla.
Solicite aquí su libro
Para obtener su ejemplar, sírvase aportar los datos requeridos, y enviar la solicitud. Recibirá por correo electrónico un enlace de descarga, válido por tiempo limitado.
¡No se pierda el próximo título!
Subscríbase al servicio de anuncios por correo electrónico de In Octavo para recibir información inmediata sobre cada publicación. Es fácil, es rápido, es gratuito, y se puede cancelar en cualquier momento.
Subscripción