Rembrandt

Por Pierre Descargues

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En su libro Civilisation, el erudito inglés Kenneth Clark escribió: “Si la simpatía con el hombre de toda clase y condición y la tolerancia de la diversidad humana son atributos de la vida civilizada, entonces Rembrandt fue uno de los grandes profetas de la civilización”. Quizás el mayor genio del holandés haya residido en esa admirable síntesis visual entre experiencia y cultura, especialmente cultura religiosa. Su pintura recorrió los géneros típicos del arte de su país y de su tiempo –el retrato, la escena social, la historia, y los temas bíblicos– pero los impregnó de humanidad, uno se atrevería a decir de realismo, de vida: sus cuadros no son ilustraciones de la Biblia, son escenas bíblicas vividas por hombres y mujeres reconocibles como tales, en toda la gama de emociones e intensidades. Para Clark “se trata de una respuesta emocional basada en la creencia en la verdad de la religión revelada.” Ciertamente, hay en su pintura y en sus grabados una búsqueda de verdad humana que no es posible separar del contexto protestante en el que realiza su obra, pero que tampoco se agota allí. La larga serie de autorretratos con la que Rembrandt examinó su propia biografía sin coartadas ni complacencias forma parte de esa misma búsqueda, y revela una definida actitud ante la vida y el arte que naturalmente habrá de encontrar su correspondencia visual: de su manera de construir escenas, de su tratamiento de la figura humana, de su manejo de la luz y de la sombra, brotan las corrientes que habrán de revolucionar la pintura doscientos años después: realismo, fauvismo, impresionismo…

Esa asombrosa modernidad de Rembrandt, inesperada en el contexto de la pintura holandesa del siglo XVII, se comprueba también en la manera como desenvolvió su carrera de pintor: sin mecenas ni protectores, se comportó como un profesional independiente, orgulloso además de serlo y reclamando el respeto de la sociedad que lo rodeaba, atento al lugar de su pintura en el mercado de arte, a su cotización en las subastas. Tal como se verá en el texto que sigue, mucho influyeron en este aspecto de su personalidad el marchante Hendryk van Uylenburch y su prima Saskia, quien se convertiría en la primera esposa del pintor.

Pierre Descargues (1925-2012), autor del ensayo que aquí presentamos, fue un periodista, crítico de arte y escritor francés. En 1952 Louis Aragon le confió la dirección de las páginas de arte de Les Lettres Françaises, y a partir de entonces tuvo a su cargo la sección artística de varias publicaciones, pero fue en France Culture, la radio estatal de temas culturales, donde desplegó durante un cuarto de siglo su tarea de cronista, crítico y comentarista de la actualidad plástica europea. Publicó innumerables ensayos y artículos sobre artistas clásicos y modernos. La editorial española Salvat eligió su retrato de Rembrandt para presentar al pintor en su Historia del Arte de 1994.


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Un pensamiento en “Rembrandt”

  1. Es muy interesante observar como en Rembrandt se diseña la personalidad de los protagonistas de sus cuadros

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